Cuento agregado por Dor
Simon se recuesta en el sofá, y con la tele encendida,
mira las nubes a través de la ventana.
Intenta reconocer formas en los nimbos,
y distingue un conejo, una ballena y a la vecina de en frente.
Simon escucha sonar el teléfono, pero decide que no va a contestar. Va pasando el tiempo, e ignora más tarde a unos vendedores de enciclopedias y a la vecina, la misma que creía haber visto antes en el cielo, que viene a advertirle de que hace unas horas que huele a gas.
Simon está ahora cansado, y además ha comenzado a hacerse de noche. O se le está nublando la vista. Decide cerrar los ojos e intentar dormir.
Simon, hoy, no tiene ganas de nada.
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